Mi chica triste, caminas por avenidas concurridas con la mente perdida, enamora del presenté bailas desnuda en el centro de la vida. En medio de un capricho tomas la mano del pasado y le entrelasas tus dedos y te pierdo en la imensidad de un abrazo de un libro leído. Cuyo capítulo final culminó en la oración... "continuará".
perversa hipofrenia tu eres mi condensa, me mantienes presa de la infame murria insolente déjame ser feliz, déjame sonreír, déjame gritarle al mundo que soy libre al fin. vete ya por favor no vuelvas nunca mas o tendré que buscar un escape total aquel lugar donde no llegaras a reinar y seré libre como el ruiseñor de mi tejado. que ni el gato y sus garras han podido apresarlo vuela libre, da un salto y nadie te alcanzara no mires para atrás no es tiempo de pensar solo tienes que actuar para fugarte de esta condena. mira la hermosa luna que desde el cielo canta la canción final y las estrellas pidiendo que te les unas para la orquesta formar no tardes, para viajar a otra dimensión el tren ya va a pasar la vida y la muerte cantaran esta canción final.
A mi mente querida enemiga gracias por destrozarme desde entrañas arriba estoy enloqueciendo en cada día que pasa es que ya no entiendo no soy yo la que te habla ni la que en el espejo yace pues solamente es ella la que se apodera del cuerpo que habitamos y ellos que permanecen en mi mente me están matando aquellos monstruos me consumen desde adentro primeramente se apoderan de mi cordura y mis nervios estoy enloqueciendo pues mi mente ya parece un hotel con quinientas personalidades viviendo dentro de el pero en guerra, con cada una de ellas pues todas quieren ser las reinas... Ya no tengo ni fuerzas para caminar mucho menos para de ellas escapar lo intento pero caigo al piso sin aliento y los susurros que se convierten en gritos y no los puedo callar mi cabeza va a estallar aquí no puedo habitar pero no puedo escapar ya que ellos somos yo y yo...
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